Coge el corazón que Amy te regala; siente que es
parte de ti. Focalízate ahora en el tuyo: ese dolor, esa
herida que parece no curar, que parece no cerrarse…
Ahora lleva el corazón que Amy te regala y ponlo
sobre el tuyo; siente que la fusión cura, que está contigo,
que el amor es parte de ti.
Sana tu corazón permitiendo que el amor de los
demás llegue a ti pero, sobre todo, sánalo con el amor
que hay en ti y que es capaz de sanar mil corazones,
cien mil corazones, un millón de corazones…
Amy te recuerda que todo es más fácil si vives
desde el amor que hay en ti. Recuerda quién eres. No
permitas que todo lo de fuera te impida ver quién eres.
Adelante, sonríe. El amor puede estar en todas partes
pero primero tienes que verlo en ti, amarte con letras
mayúsculas, valorarte y respetarte. Y una vez que lo
hagas tendrás un ramo de corazones como el de Amy
para repartir a cada paso que das. Adelante, hermosa
creación, confía.