Oliendo música

Mensaje de Registros Akáshicos

¿Cuándo fue la última vez que te detuviste ante
una flor para oler su perfume o te acercaste a ella para
ver qué quería decirte? ¿Cuándo fue la última vez que
escuchaste el murmullo de la noche y las estrellas?
¿Cuándo fue la última vez que te dejaste embaucar por
el sonido del bosque, por el olor a sal del mar o la música
de las olas al romper en la orilla?

Todo está rodeado de una energía sutil que va mucho
más allá de lo visible y, además, todo se comunica a través
de un lenguaje universal que va más allá de vuestros
sentidos humanos.

Tenéis dentro de vosotros un radar mucho más amplio
de lo que veis, tocáis, oléis, gustáis o escucháis. Ese
radar es la sutil conexión con lo que sois: Creación.
Cuando conectas con lo que eres, las flores desprenden
música, el mar abraza melodías, las estrellas
sonríen ante ti.

Despierta. Ha llegado el momento de ver más allá.
Vuela con Amy, respira sus colores, abraza sus formas,
integra su energía… Todo en ella es Amor; todo en ella
es Creación.

Oliendo música

Pequeñas notas musicales crean grandes vibraciones. Amy se
transporta a otros mundos y descubre que la música también huele,
no solo se escucha. La música y las flores tienen una fragilidad
espeluznante. Sin embargo, ellas pueden amansar un corazón
enfurecido y despertar la consciencia de que la vida es un regalo.

Amy te invita a interactuar con las flores, a mirarlas, y en ese jardín
dentro de tu corazón escucharás la inevitable música de la vida, con
sus altos y bajos, sus silencios, sus distintos ritmos que, sin mayor
pretensión, te harán consciente del pulso de tu corazón. En ese
instante, las flores y la música se funden y la belleza ocurre.