¿De verdad que todavía sigues pensando que las
cosas son blancas o negras? Amy te recuerda que todo
depende del color del cristal a través del cual mires.
Nada es todo, y todo es nada. Lo blanco se transforma
en negro y lo negro se transforma en blanco; las orugas
se transforman en mariposas y lucen bellas sus alas.
¿A qué esperas para lucir tus bellas alas? Imagínate
que empiezas a moverlas y alzas tu vuelo. De ese modo
tendrás una perspectiva más alta y podrás ver cómo los
colores del arcoíris en su totalidad envuelven cada una
de las situaciones: verás el negro, verás el blanco, pero
también podrás ver el morado, el azul, el verde… Tú
eres capaz de alzar tus alas y descubrir el tesoro que
había escondido. No emitas juicios; no te posiciones en
ningún bando, porque recuerda que ni todo es blanco
ni todo es negro. Busca el equilibrio, la ecuanimidad
y, solo entonces, el arcoíris brillará tan fuerte que se
reflejará en tus ojos y en tu corazón.