En el día a día son tantas las interferencias que te
impiden encontrar un minuto de silencio y tranquilidad,
que poco a poco te vas olvidando de lo que es la
paz, y al olvidar la paz olvidas quién eres… actúas de
acuerdo a un mecanismo automático que está regido
por todo lo de fuera sin pararte ni un instante a escucharte,
a sentir el silencio, a alejarte del caos.
Respira y siente tu cuerpo durante unos segundos,
siente tus piernas, tus brazos, tu tronco… Cada parte de
ti está ahí esperando una oportunidad para hablar contigo.
Escúchate: silencio, tranquilidad, paz… y volver a lo
origen de lo que somos.
No permitas que el automatismo reine en tu vida; el
sistema irá oxidando tus sentidos extrasensoriales para
tapar tu intuición, para que permanezcas enganchado
a lo de fuera.
Amy te recuerda que es momento de parar, de respirar,
de estar en silencio, de tranquilidad. Nada es tan
urgente ni tan importante. Respira. Siente cada parte de
ti y vacía tu mente. Es momento de relajarse.