Como parte del camino se presenta la continuidad;
un constante presente te invita a respirar la vida desde
una evolución consciente.

La tormenta limpia el ambiente y, cuando pasa y
sale el sol, los colores son mucho más brillantes, la
tierra huele a mojada y esa sensación lo impregna todo:
gotas de colores se esparcen y muestran la belleza de
ese ciclo sin fin que es la Vida. Llueve y el agua cae
y limpia la atmósfera y, a su vez, os limpia llevándose
cada pensamiento que os genere malestar, cada
sensación que no queráis abrigar, cada desequilibrio,
cada infortunio, cada pesar… Todo es arrastrado con
la energía del agua cristalina que cae sobre ti. Deja que
la lluvia moje tu rostro; permítele que te empape para
colarse por debajo de tus ropas y que puedas sentir que
estás vivo. Ese frío, esa humedad cala tus huesos y se
filtra para hacerte cosquillas; de pronto, se escapa la
risa y todo vuelve a estar lleno de colores; sale el sol
y, aunque aún no saliese, no importa, pues el sol que
llevas dentro te permitirá sentir que la vida está para
vivirla intensamente.

Aparta tu cabeza; no permitas que te robe el momento
de magia. Descubre una nueva fuente de inspiración,
pues dentro de esa experimentación está la evolución
constante de tu Ser.

Amy suelta un sinfín de mariposas y llena de color
tu espacio para que puedas pintar del color que quieras
tu Vida. Su corazón es su paleta; te la presta para
que seas capaz de reconocer la tuya. Todos los colores
están dentro de ti, y tú pintas tu vida con ellos, eliges
cada color, y cada color está lleno de matices.
Permite que tu propio arcoíris te abrace; hoy esa
situación gris se tiñe de color para hacerte sonreír.
¡Confía!